
Campos de arroz
Puestos de marisco
29/7/07
Nos recogen a la hora prevista. El viaje es todo un lujo. Transporte privado con chofer y guia solo para nosotros. Sin embargo, el ingles de Tuy, la guia, no es muy fluido. Nos dirigimos a la bahia de Bai Tu Long. Segun parece menos explotada turisticamente que su famosa vecina del sur, la bahia de Halong, declarada patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.
Esto son buenas y malas noticas porque la oferta turistica es mas precaria y esta mas pensada para turismo vietnamita que para extranjeros.
Durante las cuatro horas de trayecto la carretera esta siempre flanqueada por casas estrechas, altas y muy ornamentadas segun el gusto vietnamita. Solo en el ultimo tramo, menos urbanizado, conseguimos ver los campos de arroz y a los campesinos con sombreros conicos.
Llegamos al resort a la hora de comer. Las instalaciones no son las de una cadena hotelera multinacional. Las comidas siempre consisten en cinco platos: arroz y sopa invariablemente y marisco y pescado de la bahia. Por la tarde vamos a la playa. Es un hermoso paraje con vistas a las formaciones rocosas que dan fama a la bahia. Ruidosos grupos de vietnamitas se instalan en los merenderos emplazados en la playa. Las mesas rebosan de cerveza, futa y bocadillos. Otros se banan. Nadie toma el sol por lo que conseguir toallas es todo un reto. Tras varios infructuosos intentos acabamso recurriendo a nuestra guia.
En Vietnam las mujeres pueden vestir libremente, sin embargo no hay chicas en bikini y la mayoria se banan vestidas. Esta playa no es el paraiso inmaculado que buscabamos pero es divertido estar aqui y desde luego, muy autentico.
30/7/07
En el desayuno se sirven fideos, por suerte, tienen una deferencia con nosotros y nos tren tostadas y huevos. Cae un fuerte chaparron que retrasa la visita programada al mercado del pueblo.
Cuando finalmente llegamos, vamos directamente a los puestos de marisco. Se trata de variedades desconocidas para nosotros. Con ayuda de Tuy seleccionamos unas almejas descomunales y unos cangrejos de enormes pinzas y aspecto similar al buey de Francia.
El vocerio de las pescantinas es igual en Vietnam que en Espana, solo que aqui son mucho mas delgadas y estan en cunclillas como si fuesen a recoger arroz, en la posicion de descanso tipica del pais. Rien, gritan en vietnamita y se sacan fotos con nosotros. La ultima parada es para comprar fruta. Descubrimos una nueva fruta, el longan, segun nos cuenta la guia, la traduccion literal seria "ojo de dragon", lo que da una idea de su aspecto. Se abren de solo un gesto y los vietnamientas los comen a todas horas como si fueran pipas. Nos compramos un monton.
Una vez en el hotel llevamos la compra a la cocina para que lo preparen para comer como mejor sepan. Salvando las distancias con el marisco gallego, esta delicioso.
A las 3 nos recoge el chofer para visitar el puerto, el primero en Vietnam que se abrio al comercio internacional hace 500 anos. Nada mas entrar en el muelle una senora desde un pequeno bote nos hace senas y acordamso el precio de un paseo. La embarcacion consiste en una serie de canas de bambu ensambladas con mucha mana, una cascara de nuez que se balancea peligrosamente cuando subimos.
El puerto es un espectaculo de luz, griterio y color tremendamente pintoresco y alegre. Los barcos de todos los tamanos se mueven apurando las distancias al limite con gran destreza. Los habitantes de las casas flotantes tejen redes, limpian el marisco o simplemente cocinan su comida. La barquera ha decidido llevarnso a un islote cercano donde hay una misteriosa cueva y muchos monos, nos advierte. Al pisar tierra se nos acercan los habitantes de la isla para explicarnsoq ue han instalado luz en la cueva y nos la ensenaran por un modico precio. Mientras tanto una docena de monos chillan entre los arboles.
La cueva no decepcion, voluminosas estalactitas y estalagmitas forman multiples pasillos y recamaras. En un alarde emprendedor, el guia insular ha construido la estructura necesaria para albergar unos psicodelicos acuarios dentro de la cueva, segun nos cuenta con gran orgullo. Un poco mas alla tambien ha levantado un altar para los restos de una supuesta momia que aparecio en la cueva.
De nuevo en el hotel cenamos marisco e intentamos dormir pero violentas tormentaas tropicales nos lo ponen dificil. El techo de bambu es como una caja de resonancia y dentro del bungalow el ruido es ensordecedor.
31/7/07
Hoy nos trasladamos a la isla de Quan Lan. Una barcaza nos viene a buscar al muelle del resort. El viaje dura dos horas y media atravesando la bahia entre miles de islotes. Desde la cubierta, observamos el paisaje maravillados. Estamos solos, es un lujo. Pero de un momento para otro el cielo se cubre de nubes y caen las primeras gotas, al poco la lluvia es tan fuerte que tenemos que entrar en la cabina y ayudar a cerrar las ventanas a toda prisa. No se ve nada mas que unos metros pero el capitan prosigue su marcha a ciegas sin aminorar. Conoce la bahia como la palma de su mano y las aguas aqui siempre estan tranquilas. Tras media hora de rayos y truenos, el sol aparece de nuevo como si nada hubiera pasado. Estamos en medio de un 'pueblo' de casas flotantes, son granjas de pescado y marisco cada una con su correspondiente bote amarrado.
Al poco rato llegamos a la isla. En el muelle nos espera un tuc tuc que nos lleva al hotel.
La isla es aun muy virgen con solo 2000 habitantes. La arena de las playas es de un blanco impoluto, la misma que se exporta a Europa para la elaboracion del mejor cristal. A los lados del camino, los campesinos trabajan la tierra y recogen arroz con ayuda de los enormes bufalos de agua.
El hotel es aun mas rupestre. En la isla no hay electricidad. Un generador suministra luz solo a partir de las 7 de la tarde con lo que no hay aire acondicionado ni bebidas frias.
El director es un tipo fantastico que nos trata a cuerpo de rey. Nos da una cabana en la misma arena de la playa y nos explica que justo hoy es la fiesta mayor de la isla. Esta tarde se celebra una carrera para conmemorar la victoria de Vietnam sobre los invasores chinos, haciendo ofrendas a los dioses para que el clima este ano sea benigno.
Despues de comer bajamos al pueblo con la guia para ver el festival. Nos acercamos al templo donde cada equipo realiza ofrendas con gran ceremonia.
De repente aparece el director del hotel, que actuara como arbitro en la carrera, para invitarnos a ver el espectaculo desde la lancha de los arbitros, ocupada por el mismo y varios militares. Acoplamos el teleobjetivo y nos sentimos como reporteros del National Geographic.
Miles de aficionados amontonados en todo tipo de embarcaciones intentan acercarse mas de lo permitido y nosotros, con el ejercito, somos los encargados de poner orden. Colgamos la cinta de la linea de meta y observamos la carrera desde un lugar privilegiado con gran emocion.
Al regresar el equipo vencedor y el publico enloquecen y se banan en el puerto.
Tras un intenso dia, nos vamos a dormir muy cansados, el ruido de las olas es muy fuerte y cuando empieza a llover y a tronar, el rugido se hace mas intenso y nos acordamos del tsunami. Por fin conseguimos calmarnos pero un nuevo ruido nos distrae del sueno. Hay grillos en la habitacion! Encendemos la luz y los buscamos, contamos hasta ocho encima de nuestra cama. Tienen el tamano de un dedo pulgar. Intentamos matarlos pero se mueven muy rapido e incluso vuelan. No podemos hacer nada, hay miles de rendijas por las que entran y salen. Enchufamos el kill paff, que gran invento espanol!, hemos podido comprobar en este viaje que ademas de mosquitos ahuyenta todo tipo de insectos. Todo va bien hasta que a las 2 de la madrugada apagan el generador y en cinco minutos tenemos de nuevo concierto. Cric, cric...
Nos nos queda mas remedio que ajustar la mosquitera y respirar hondo.
1/7/07
Por la manana dormitamos a ratos. A mediodia probamos una nueva fruta, el jackfruit, la mas barata y popular de la frutas vietnamitas, aunque a nosotros nos parece muy exotico. Un enorme melon carnoso y de un sabor similar entre platano y berengena.
El tuc tuc nos lleva al barco. Cruzamos la bahia de vuelta en compania del director del hotel, que nos cuenta miles de historias y proyectos. El es de Ho Chi Minh City, el corazon economico de Vietnam, consulta su gmail en el movil y lee los periodicos todos los dias, a diferencia de los hanoianos, mas tradicionales aunque igual de trabajadores, segun nos cuenta. Los vietnamitas nos parecen muy emprendedores y profesionales. Les auguramos un gran futuro.
El Bai tu Long nos espera el chofer para llevarnos a Hanoi.
2/7/07
Dia de relax y gestiones por Hanoi. Es muy agradable volver a esta ciudad, a diferencia de Delhi, Hanoi cumple los requisitos de una buena base de operaciones. Se puede ir caminando por el barrio antiguo, hay aceras y el aire es respirable aunque cruzar la calle entre cientos de motocicletas es un arte. Ademas la cocina es fantastica, un mezcla de refinamiento frances y exotismo asiatico.
Compramos los billetes de avion para volar manana a Hong Kong. Las ofertas de las agencias son mucho mejores que en Internet.